La tetera rusa explota: Ucrania y Rusia en guerra digital
Primer día de esta nueva guerra y la página web de la milicia rusa hablaba por sí misma ayer, día 24 de febrero, cuando el código de error HTTP 418 que significa «Soy una tetera» se mostraba en lugar de la web.
El código de error, lejos de representar un nuevo código para IoT, fue creado como broma el día de los inocentes en 1998. Es la forma que los (¿ciberdelincuentes?) han tenido no sólo de impedir el acceso a la web, sino, además, de expresar un pensamiento que, seguramente, es compartido por muchos colectivos en estos tiempos de guerra.
No es el único ataque, otras páginas del gobierno ruso también han sufrido ciberataques que las han dejado inoperativas. Es la forma que tiene la comunidad de expresar, al menos en el plano virtual, la situación de estupor provocada por dicho país en los últimos años, meses y, obviamente, estos últimos desastrosos días.
Dichos ataques se suceden después de que desde Rusia se produjesen sucesivos ataques a cientos de webs Ucranianas. Una práctica más que el gobierno ruso ha estado usando para desestabilizar al país vecino durante el inicio de la actual guerra. Entre estos ataques, llama la atención un nuevo malware que ha sido analizado rápidamente por el analista Juan Andrés Guerrero-Saade. La cooperación entre los analistas, muchas de ellas vividas a través de redes sociales, es siempre motivo de celebración.
El análisis completo del malware, llamado HermeticWiper, fue publicado en la web de sentinelLabs. Su nombre lo recibe del certificado empleado por el malware «Hermetica Digital Ltd» y de la operativa de este malware, destinado a destruir los datos en las máquinas infectadas.
Desde el medio ABC News se hace un recorrido por los ataques sucedidos en los últimos meses, incluyendo el malware mencionado, que ha sido dirigido principalmente a grandes empresas contratistas del gobierno Ucraniano en Letonia y Lituania y una institución financiera en Ucrania. Aún se desconoce cuántos afectados podría haber realmente. No es, ni mucho menos, el único ataque sufrido ni el más dañino contra el país en los últimos años (sólo debemos recordar NotPetya).
A tenor de las circunstancias, esta guerra se libra en varios frentes, y el digital es uno de ellos. Como ya están poniendo de manifiesto numerosos medios, el desgaste de los ciberataques sobre Ucrania va dirigido a desestabilizar aún más al país. Si quedaba alguna duda de que en una guerra física el ciberespacio no iba a ser relevante, esa duda debería haber sido desestimada a estas alturas.
Además, no parece descabellado pensar que, vista la situación, nos encontremos sólo en el inicio, por lo que no podemos sentirnos al margen. No sólo por la situación en sí misma, que resulta devastadora e impensable, sino porque todo está conectado en el plano digital. ¿Nos hemos preparado para esta guerra?